Hambre cero

Este proyecto contribuye a la consecución del ODS:
2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.

Salud y bienestar

3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.

Resultados de nuestro primer Proyecto en Haití_

Como os contábamos en el número anterior de nuestra revista (nº 41), hemos iniciado una nueva línea de trabajo en la zona fronteriza entre la República Dominicana y Haití, una zona altamente vulnerable y desatendida.

Nuestro primer proyecto finalizó en mayo del año pasado y podemos calificarlo de exitoso y ha tenido un gran impacto en la comunidad.

  • Se apoyó la producción agrícola de 60 productores y productoras de la comunidad de Velot.
  • Se creó una huerta familiar colectiva con sistema de captación de agua y riego por aspersión, gestionada por la Asociación de Damas de la comunidad de Velot, compuesta por 51 mujeres.
  • En cuanto a la atención sanitaria, se realizaron un total de 55 jornadas de salud en las que se atendieron a 1.100 niños y niñas menores de 14 años.

Mejorar la productividad agrícola y garantizar la seguridad alimentaria

Para realizar las actividades agrícolas previas de limpieza del terreno, se entregaron herramientas como machetes, rastrillos, carretillas, etc., y se formaron grupos de trabajó bajo la fórmula tradicional del “convite”.

CONVITE

Se trata de una fórmula de trabajo solidario de práctica habitual entre la población haitiana. De forma organizada y coordinada en grupos de trabajo, los productores trabajan de forma escalonada las tierras de cada uno de ellos.

Estos convites van acompañados de comidas conjuntas y actividades lúdicas en los momentos de descanso. Es una manifestación cultural que contribuye a consolidar el sentimiento de comunidad y la solidaridad entre los habitantes.

Una vez preparadas las 60 parcelas para la siembra, se hizo entrega de semillas (maní, habichuelas, guandules, musáceas, yuca y frutales), e insumos agrícolas, (fertilizantes y violes), e iniciar la producción agrícola.

Para gestionar las futuras cosechas se creó un “banco de semillas” con su reglamento, donde los beneficiarios/as depositaron al final de cada cosecha la cantidad de semillas que se les entregó al inicio más un 10% en concepto de intereses. Este acopio de semillas ha generado un doble beneficio que garantiza la sostenibilidad del proyecto: Por un lado, permite a la comunidad disponer en todo momento de semillas sin tener que recurrir al mercado, mucho más caro y no siempre surtido. Y, por otro lado, este fondo de semillas se utiliza para agregar nuevos beneficiarios. En este sentido, 7 nuevos productores de la comunidad de Velot solicitaron un préstamo de semillas para sembrar que les fue concedido.

Para mejorar las capacidades productivas se impartió un curso sobre varios temas como conservación de suelo, fertilización o control de plagas. Los talleres se impartieron de manera teórica-practica. Durante este proceso formativo aprendieron a realizar podas, instalar barreras muertas y vivas, elaborar fertilizantes y pesticidas orgánicos y a construir aboneras.

De manera paralela se trabajó con la Asociación de Damas de Velot para instalar una huerta familiar comunitaria con el objetivo de contribuir a la seguridad alimentaria de las familias y fortalecer la figura de la mujer productora. Debido a las características climáticas y del terreno, se optó por construir terrazas, instalar un sistema de irrigación por aspersión y construir una tina para poder mantener una producción en todo el tiempo, incluido en periodos de sequía. Para una mayor diversidad de la producción y enriquecimiento de la dieta de la comunidad, se procedió a la siembra de plántulas verduras y hortalizas, tales como lechuga, pepino, molondrón, cebolla, remolacha, ají, berenjena, etc.

Atención sanitaria a la población infantil

Esta actividad ha sido de suma importancia pues estamos hablando de una comunidad donde nunca había llegado antes un médico a prestar consulta médica.

Se realizaron un total de 55 jornadas de salud pediátricas en las que se atendieron a 1.100 niños/as menores de 14 años mediante una revisión general y entrega de medicamentos. En las consultas médicas, el menor siempre vino acompañado de un adulto (padre, madre, tutor), al que se le daban las oportunas explicaciones sobre el uso de los medicamentos entregados y sobre el cuidado del niño/a para una mayor prevención de enfermedades.

Los profesionales que participaron fueron un doctor de la zona y dos auxiliares de salud de la propia comunidad, todos ellos de nacionalidad haitiana. Las principales afectaciones médicas que presentaron los niños fueron: malnutrición, amebiasis intestinales, afecciones cutáneas y síndromes gripales. Por último, reseñar que hemos iniciado un segundo proyecto en Haití en colaboración con la entidad dominico-haitiana Jacarafe. Esperamos poder contar los éxitos de este proyecto en próximos números de nuestra revista.


Proyecto financiado por la Diputación General de Aragón

REVISTA 42 – MARZO 2023