TRANSFORMANDO COMUNIDADES Y ENTIDADES A TRAVÉS DEL AGUA

Desde que Familias Unidas inició en sus Programas de Desarrollo Integral (en 1998 en Estelí, Nicaragua, y en 2004 en Santo Domingo, República Dominicana), han sido muchos los proyectos y acciones realizadas que han tenido un importante impacto sobre la población beneficiaria y que han contribuido notablemente a mejorar sus condiciones de vida.

En un principio, los proyectos se centraron en los sectores de Educación, Salud y Producción, pero a medida que el programa fue implementándose y consolidándose en la zona, empezamos a identificar que las acciones relacionadas con el agua y el saneamiento, no sólo eran de las más demandadas, sino que las deficiencias presentadas en estos sectores eran el origen de muchos de los problemas que afectaban a la población.

Así empezamos con proyectos de saneamiento como encunetados para facilitar el drenaje fluvial, instalación de letrinas en áreas rurales o de inodoros conectados al alcantarillado en zonas periurbanas. Pero fue a raíz de la aparición de la “Alianza por el Agua” y su presencia en la Expo – Zaragoza 2008 que centró su temática en el agua y la sostenibilidad, que desde Familias Unidas empezamos a valorar la pertinencia de llevar a cabo proyectos de mejora del acceso y gestión del agua.

Hasta la fecha, con el apoyo principal de financiadores aragoneses, hemos promovido la instalación de distintos sistemas de abastecimiento de agua(miniacueductos por bombeo eléctrico y por gravedad), en 7 comunidades rurales cercanas al municipio de Estelí que ha permitido que más de 500 familias, (2.500 personas aproximadamente), puedan disponer de acceso a agua. En República Dominicana se han instalado 3 estaciones de bombeo y una red de distribución para garantizar el suministro de agua a unos 1.500 habitantes del sector de Guaricano en Santo Domingo.

En todas estas intervenciones se han garantizado la cercanía (suministro domiciliar o a menos de 100 metros), la calidad (agua potable apta para el consumo), la sostenibilidad (sistemas respetuosos con el entorno y que garanticen la demanda futura), y la cantidad (para cubrir las necesidades básicas de agua por persona). Paralelamente a la ejecución de las obras se ha trabajado con la comunidad para que asuman la gestión de estas infraestructuras mediante la creación y capacitación de “Comités de Agua”. Por experiencia propia, podemos afirmar que la apropiación de la comunidad es un punto capital para garantizar la viabilidad de estos proyectos.

Estas intervenciones han resultado al final ser los proyectos que mayor impacto han tenido sobre las comunidades beneficiarias. Familias Unidas sigue con su programa de desarrollo y con múltiples acciones, pero cuando se les pregunta a las comunidades cual ha sido el proyecto que más ha contribuido a una mejora sustancial de su calidad de vida, la respuesta mayoritaria son los proyectos de abastecimiento de agua y de mejora del saneamiento. Lo que empezó siendo una “aventura” en la incursión en este sector, ha acabado siendo uno de los principales logros de nuestros Programas.

De buen seguro que cuando se planteó la creación del “Alianza por el Agua”, sus impulsadores eran muy conscientes de la capacidad de transformación que tienen los proyectos relacionados con el agua y el saneamiento sobre las comunidades receptoras. Pero otra de las virtudes que ha tenido esta iniciativa ha sido conseguir “seducir” a otras entidades para que se inicien en este sector. Familias Unidas fue “captada” por las redes de la “Alianza por el Agua” y estamos muy agradecidos por ello.

Desde aquí animamos a las entidades a que consideren el agua y saneamiento como áreas prioritarias de atención y que diseñen junto a los beneficiarios aquellas intervenciones que más se ajustan a su realidad y garanticen la satisfacción de estos dos derechos en unas condiciones dignas.